El calostro es una sustancia que comienza a gotear del pecho antes de dar a luz y por unos días después del parto. Está repleto de propiedades protectoras para el bebé y es un excelente alimento. Te contaremos más detalles sobre el calostro y su extracción.

¿Qué es el calostro?

El calostro es una sustancia preparatoria para la lactancia. Unas semanas antes del parto y los primeros días después de dar a luz, notarás cómo comienza a fluir una sustancia amarillenta y un tanto espesa. Contiene muchas propiedades inmunoportectoras, que ayudarán a las defensas del pequeño en los primeros días de vida. Además, es rico en proteínas, vitaminas, minerales, grasas e hidratos de carbono. Como es una pena que se desperdicie, puedes realizar una extracción y almacenarlo para incluirlo en su dieta los primeros días. ¿Cómo hacerlo?

¿Cómo extraer el calostro?

Es habitual que el calostro comience a gotear cuando el parto está cerca. Sin embargo, hay mujeres que no pasan por este proceso. No hay que preocuparse si esto no sucede. En cuanto el bebé se ponga al pecho la primera vez, comenzará a fluir.

Cuando el calostro fluye unos días antes de dar a luz, se puede aprovechar. Por medios manuales se pueden extraer pequeñas cantidades que se almacenan y se administran tras el nacimiento. En un caso normal no es necesario, pero será especialmente beneficioso si la madre sufre una enfermedad como la diabetes gestacional, la hipoplasia mamaria o el síndrome de ovario poliquístico. También puede ser útil si hay riesgo de que se aparte a la madre del bebé tras el parto o si hay una cesárea programada. Y si el bebé tiene un problema tras el nacimiento, también vendrá muy bien.

Para aprender a extraer el calostro hay que realizar unos masajes en el pecho, colocar los dedos índice y pulgar haciendo un semicírculo fuera de la aureola y presionar hacia las costillas. Una matrona debe explicar estos pasos con detalle a partir de la semana 36. Ella te indicará cómo realizar los movimientos en tu casa.

¿Cómo guardar el calostro?

A partir de ahí, la frecuencia con la que se puede repetir la operación es de unas dos veces al día durante unos minutos. Deja que el líquido caiga sobre una cuchara limpia y absorbe con una jeringa de entre 2 y 5 ml. Puedes utilizar la misma para las dos extracciones diarias, dejándola en la nevera entre una y otra extracción.

Una vez has realizado las extracciones del día, puedes congelar la jeringuilla directamente, colocándola dentro de una bolsa de zip o de un tupper. Es bueno etiquetar cada recipiente con la fecha, para utilizarlos por el orden de la extracción. Y, si se lleva al hospital, es necesario que llegue congelada, sin sufrir cambios de temperatura.

Tras el parto ya no será necesario extraer más calostro. El bebé se encargará de succionarlo en cada toma. Lo que sí notarás es que cuando escuches a tu bebé o le estés dando el pecho, la leche goteará sola. Para que no se desperdicie, será necesario que tengas a mano un colector de la marca Haakaa. Basta con hacer un poco de ventosa y esa leche se depositará sola en el recipiente. Así, siempre tendrás a mano alimento que necesites.

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