La leche materna es un auténtico tesoro para la salud y el desarrollo de tu bebé. Hay diversos motivos por los que las madres podéis necesitar extraer leche y conservarla, ya sea fresca o congelada, para dársela en otro momento a vuestro pequeño. Siempre es importante manipular y conservar la leche, de manera adecuada, pero durante los meses más cálidos del año, es fundamental tomar precauciones especiales para conservarla adecuadamente y garantizar que mantenga su calidad nutricional y propiedades inmunológicas. En este artículo, te proporcionaremos consejos basados en evidencia científica para la correcta conservación de la leche materna durante el calor.
¿Se contamina muy fácil la leche?
Decimos que la leche materna, es un elemento vivo, con propiedades antibacterianas, propias, que la ayudan a mantenerse fresca. La leche materna es rica en anticuerpos, para proteger el intestino del bebé contra el crecimiento de bacterias, y son, estas propiedades, las que le permiten una autoprotección, para no contaminarse cuando la almacenamos.
Aun así, para que esos mecanismos de defensa, sigan presentes en la leche hay que manipularla y almacenarla de manera adecuada, se necesitan unas medidas básicas de higiene y unas normas sencillas, que vas a aprender, si sigues leyendo.
Higiene en la manipulación de la leche materna
Para mantener esas medidas higiénicas, de las que hablamos, para empezar, debes lavarte siempre las manos con agua y jabón, siempre que vayas a realizarte una extracción o vayas a manipular la leche, para pasarla de un recipiente a otro, por ejemplo. Con una higiene corporal buena, no será necesario que te laves los pechos antes de cada extracción, igual que no lo hace cada vez que el bebé va a mamar, bastará con la ducha diaria.
Esterilizar o no el sacaleches cada vez que lo utilizamos, es una duda muy común. Aunque algunas mujeres lo hacen, no es necesario esterilizarlo cada vez que lo utilizamos, igualmente que no haría falta hacerlo con los biberones, chupetes, etc. Sin embargo, sí que se recomienda hacerlo la primera vez que vamos a utilizarlo.
Tras la primera esterilización y su primer uso, bastará con lavarlo con agua caliente y jabón, y secarlo bien. Lo más importante que debemos tener en cuenta es que no queden restos de leche adheridos a las paredes, sin limpiar, ya que es lo que más riesgo tiene de contaminarse.
El resto de zonas y recipientes donde se vaya a almacenar la leche, también tiene que tener unas medidas de higiene adecuadas. Para ello, mantén limpia la nevera, el congelador, la nevera de trasporte si la usas y/o los bloques de hielo para la nevera portátil.
Puedes guardar los botes de leche en una caja o bolsa en la nevera, para evitar contaminaciones con otros alimentos que estén cerca, y alejarlos de huevos, carnes o pescados.
¿En qué recipientes puedo conservar la leche?
En el mercado, encontrarás diversos recipientes adecuados para almacenar y congelar la leche materna. Los recipientes deben estar preparados para uso alimentario, encontrarás en el propio recipiente el símbolo de la copa y el tenedor, además mira que sean libres de BPA.
Tenemos recipientes tipo “tupper” de diferentes tamaños, de vidrio o de plástico, que viene a ser parecido a conservarla en los propios biberones. Son recipientes seguros, pero tienen un gran inconveniente, sobre todo si el espacio que tienes es justo. Ocupan más espacio que otros recipientes como las bolsitas, ya que no se adaptan al contenido. Esto nos serviría para almacenarlo de forma puntual, pero no es práctico si queremos hacer un banco de leche.
Existe también la opción de usar, bolsitas desechables, en este caso, ahorramos espacio puesto que se adaptan al contenido, y las podemos congelar en horizontal, de manera que quedan muy planas y ocupan muy poco espacio. Aquí, el inconveniente llega, en que no son económicas y estamos generando mucho residuo plástico.
De unos años a este parte, tenemos en el mercado bolsas reutilizables, que nos aportan los pros de los dos anteriores, suponiendo poco sitio en el almacenaje y siendo una opción sostenible, además de cómoda. Echa un vistazo a las bolsas de Haakaa.
Como garantizar un adecuado almacenamiento de la leche materna en verano
El primer paso para asegurar la conservación de la leche materna es el almacenamiento adecuado. Primeros repasamos unas pautas fundamentales:
- Utiliza recipientes de vidrio o plástico libre de BPA, específicamente diseñados para almacenar leche materna.
- Etiqueta cada recipiente con la fecha y hora de extracción para mantener un seguimiento adecuado.
- Lava bien tus manos antes de extraer la leche y utiliza una técnica de extracción higiénica.
La leche a temperatura ambiente:
En épocas de calor, mantener la leche materna a una temperatura adecuada es esencial para prevenir el deterioro:
- No dejes la leche materna a temperatura ambiente durante mucho tiempo. Si no puedes refrigerarla dentro de los 30 minutos, colócala en una nevera portátil con elementos de enfriamiento.
- Evita exponer la leche materna a la luz solar directa o a fuentes de calor, como radiadores o estufas.
- Si estás al aire libre, asegúrate de llevar contigo una bolsa aislante para mantener la leche fresca.
Refrigeración y enfriamiento:
El calor puede acelerar el crecimiento bacteriano en la leche materna, así que en estas épocas tenemos que tener todavía más cuidado, es crucial tomar medidas para enfriarla adecuadamente:
- Coloca la leche en el refrigerador lo más pronto posible después de extraerla. Idealmente, dentro de los 30 minutos posteriores a la extracción.
- Ubica la leche en la parte posterior del refrigerador, donde la temperatura es más constante. Así, cada vez que habrás la nevera para coger otras cosas, no perderá temperatura.
- Si tienes una nevera portátil o una bolsa aislante, úsala para transportar la leche cuando estés fuera de casa, y no olvides incluir bloques de hielo para mantener una temperatura fresca en el transporte.
- La leche a una temperatura ambiente de 19°-26° aguanta sus propiedades entre 4-8 horas con el recipiente tapado (como te comentamos, en verano no debes dejarla tanto tiempo, la temperatura puede ser más alta, y no ser constante).
- En una bolsa térmica (neverita) con bloques de hielo, se considera que la temperatura está entre -5° y 4°, y que la leche puede aguantar refrigerada de esa manera 24 h. Aun así, es difícil controlar la temperatura exterior y la hermeticidad de la bolsa, por lo que se recomienda utilizarla solo en los trayectos necesarios y no todo el día, sobre todo con temperaturas calurosas en la calle.
- En un frigorífico, a una temperatura de 4°, la leche dura de 3 a 5 días, hay estudios que dicen que podría durar hasta 8 en las condiciones higiénicas y térmicas excepcionales.
Si hablamos de congelación…
La congelación de la leche materna es una opción viable para su conservación a largo plazo. Aquí tienes algunas recomendaciones importantes:
- Utiliza bolsas de almacenamiento de leche materna de calidad, diseñadas específicamente para congelarla.
- Asegúrate de dejar espacio en la bolsa para que la leche se expanda durante la congelación. Si la llenas hasta arriba, al expandirse en la congelación, se puede salir del recipiente, perdiendo las condiciones higiénicas.
- Etiqueta las bolsas con la fecha de extracción y utiliza primero la leche más antigua.
- Es recomendable no congelar en cada recipiente grandes cantidades, por el riesgo de que haya que desecharla si no la quiere en una toma, mejor congelar de poco en poco.
- Evita congelar la leche en la puerta del congelador, ya que las fluctuaciones de temperatura pueden afectar su calidad.
- Si tu congelador es un compartimento dentro del frigorífico, se considera que la leche está congelada a -15°, y la duración son 2 semanas.
- Si el congelador es puerta separada, se considera que se encuentra a -18° y la leche puede durar entre 3-6 meses.
- En arcón congelador, con temperatura de -20°, tiene una duración de 6-12 meses.
Cuando llegue el momento de utilizar la leche congelada, es importante hacerlo de manera segura y preservando sus nutrientes:
- Descongela la leche lentamente en el refrigerador, una vez descongelada, dura 24 horas en el frigorífico, después de este tiempo, hay que desecharla.
- También puedes descongelar la leche introduciéndola en un cuenco con agua caliente, o debajo del grifo (pero de esta forma desperdicias mucha agua).
- Evita métodos de descongelación rápida, como el microondas o calentarla en el fuego.
- No vuelvas a congelar la leche una vez descongelada.
- Agita suavemente el recipiente para mezclar la grasa, ya que puede separarse durante la congelación.
- Si la has descongelado y se la has ofrecido al bebé, el resto de leche debe ser consumida en 1 o 2 horas, o habrá que desecharla.
En conclusión
La alimentación con leche materna, nos ofrece un montón de posibilidades, no sólo que el bebé la tome directamente del pecho, ya que con unas buenas condiciones de extracción y conservación podemos utilizarla en cualquier momento y ofrecerla al bebé de diversas maneras. La conservación adecuada de la leche materna en épocas de calor es fundamental para garantizar su calidad y seguridad para el bebé. Sigue las pautas mencionadas anteriormente para almacenar, refrigerar, congelar y descongelar la leche materna de manera segura. Recuerda que la leche materna es un valioso alimento que brinda nutrientes esenciales y protección inmunológica a tu bebé. Si tienes alguna pregunta o inquietud específica, no dudes en consultar a tu profesional de confianza en lactancia materna.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica.
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