Mi bebé no quiere la leche descongelada

¿Te ha pasado alguna vez? Te has sacado leche, con todo el mimo del mundo, para tu bebé, te has extraído leche, la has guardado, la has congelado, y al descongelarla… ¡tachan! El bebé rechaza totalmente la leche materna descongelada.

Puede que, al ver tal rechazo, hayas comprobado la leche, y hayas observado que huele raro, ¡está mala seguro! Pero no sabes que ha podido pasar, porque la conservaste bien. En este caso, tenemos que hablar de la lipasa.

¿Habías oído hablar de la lipasa?

La lipasa es un encima, presente en la leche materna de forma natural, es la encargada de facilitar la asimilación de la grasa en el sistema digestivo de tu hijo. A pesar, de que está presente en la leche materna de todas las mujeres, no todas tienen porque tener este “problema” al congelarla, esto es, porque en el caso de algunas mujeres, la lipasa se activa de manera más rápida.

Así que tranquila, porque no es nada malo, de hecho si tu bebé no rechazase esa leche, a pesar del olor, no pasaría nada, la pueden tomar perfectamente.

¿Qué puedes hacer?

Prueba a ofrecer a tu bebé leche recién extraída, o refrigerada, comprueba el olor, y ofrécesela. Así podrás comprobar que si no es por acción de la lipasa, en la leche descongelada, tu bebé sí que se toma tu leche extraída.

Si quieres o necesitas hacer un banco de leche, pero la lipasa, se ha interpuesto en tu camino, tranquila, porque hay solución. Debes probar otras técnicas de congelación, para evitar la degradación de la encima y el cambio de olor y sabor en la leche.

En primer lugar, puedes probar, después de extraer la leche, a enfriarla muy rápido, metiéndola en un recipiente con hielo, y una vez que está fría, congelarla rápidamente. En dos o tres días puedes descongelarla y comprobar el estado. Puedes probar a hacerlo con una pequeña cantidad, para ver si al descongelarla el olor no ha cambiado, y el peque la acepta, sin desperdiciar mucha leche, si no te ha funcionado.

Si esto no te funciona, puedes probar a escaldarla, antes de congelarla. Una vez extraída la leche ponla en un cazo, es importante que no la pierdas de vista, se trata de esperar a que se caliente y en los bordes comiencen a salir pequeñas burbujas (o bien si tienes un termómetro de cocina, que llegue a 60 °C) este será el momento de apagarla, y enfriarla rápidamente, como hemos hablado en el punto anterior. Igualmente, puedes probar a descongelarla en dos o tres días y comprobar su olor y/o si el peque la acepta.

Espero que estos consejos te sean de ayuda, y puedas extraerte leche y congelarla con total tranquilidad.

Marta Espartosa

Enfermera Pediátrica

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