Es muy probable, que después de ver el test de embarazo positivo y tras una revolución de emociones en tu interior, tu cabeza se fuese directa a calcular cuando nacería tu bebé y… ¡sorpresa! Vas a ser mamá de verano. Vamos a ver las precauciones con un recién nacido en verano

Como mamá de dos peques de verano, te diré que es una gran época para ser mamá, aunque la recta final del embarazo puede hacer dura, dependiendo de donde vivas (no vamos a negarlo, je, je, je) el buen tiempo te abrirá un abanico de posibilidades y te dará algunas ventajas respecto al frío. Eso sí, tienes que tener en cuenta varios aspectos para disfrutar de tu maternidad de manera segura.

¿Va a afectar el calor a mi recién nacido?

Como te he contado, el buen tiempo tiene muchas ventajas, pero es verdad que el calor excesivo si puede afectar a tu recién nacido. Los recién nacidos no tienen el sistema de regulación de la temperatura totalmente desarrollado, podrás comprobar, por ejemplo, que no sudan, y el sudor es simplemente un mecanismo de regulación de la temperatura corporal, que tendrán más adelante. Pero no te asustes, esto no significa que vayan a pasar mucho frío, ya que la naturaleza es muy sabia y les dota con una capa de grasa para que puedan protegerse del frío.

Precisamente por esto, los tips que te voy a dar en esta entrada del blog van a ir encaminados a los cuidados que necesita el bebé para estar confortable a pesar de las altas temperaturas.

¿Cómo puedo saber si tiene frío o calor?

El gesto que más comúnmente veo si hablamos de este tema en consulta, es tocar los pies del recién nacido. Lo normal es encontrarlos fríos, pero tengo que decirte, que esto no nos está diciendo que el bebé tenga frío. Los recién nacidos tienen las manos y los pies más fríos que el resto del cuerpo, digamos que su circulación es todavía algo inmadura, y no llega tanto volumen de sangre a las partes más distales del centro del cuerpo (las que están más alejadas del corazón), por esto puede que las encuentres siempre más frías e incluso, con un tono más morado que el resto del cuerpo.

Al entender esto, seguro que no se te hace raro que vayamos al centro del cuerpo para poder valorar si tiene frío o calor. Bastará con tocar su pecho y/o su parte alta de la espalda para comprobar su temperatura corporal, y basándonos en esta sensación si puedes abrigarlo más o menos.

¿Cómo tengo que abrigar a mi recién nacido?

A este aspecto, dedicamos una entrada completa en el blog, ⁣/u>en resumen, el recién nacido no necesita una capa extra a la que llevemos nosotros, ni es necesario que los primeros días o semanas vaya de manga larga sí o sí. Va a depender mucho de donde vivamos, pero en ciudades como Madrid, Zaragoza o Sevilla, como temperaturas que superan los 40 grados en verano, tu bebé no necesita ir de manga larga. Si lo puedes tapar con una muselina o algo de tejido ligero si la temperatura es más fresca o estamos en un lugar con corrientes de aire.

¿Puedo usar el ventilador o el aire acondicionado con mi bebé en casa?

¡Claro que sí! Un sí rotundo, no hay ningún problema por utilizar un ventilador, o el aire acondicionado. Lo único que tienes que tener en cuenta es que el bebé no esté en plena corriente, para que no se quede frío, es decir, se puede enfriar la estancia, sin enfriarle directamente a él.

La temperatura recomendada en la casa durante el día es de unos 22-24 °C, que por la noche puede bajar a 18-20 °C. Seguro que reconoces estas temperaturas como cómodas para ti, ¡a no ser que seas muy caluroso!

También puedes regular la temperatura de casa, abriendo las ventanas, si las temperaturas de tu ciudad lo permiten, teniendo la misma precaución de no poner al bebé en medio de la corriente.

¿Puedo ir con mi recién nacido a la playa o a la piscina?

Por poder ir, nadie te lo va a impedir, pero vamos a repasar varios aspectos, para que si al final, decides hacerlo, sea de manera segura.

El sol y los recién nacidos

No debes exponer al sol directo a tu recién nacido, ni a un bebé menor de 6 meses. Los rayos ultravioleta del sol (UV) pueden ser muy dañinos para pieles tan inmaduras. Estos rayos UV son los responsables del envejecimiento celular en nuestra piel, de las quemaduras solares e incluso del cáncer de piel.

Por eso, lo mejor es que busques la sombra para tu recién nacido. La mayoría de carritos ya suelen llevar capotas con tejidos protectores de las radiaciones solares (UPF), busca lugares con sombra.

A lo mejor estás pensando, que podrías usar una crema solar apta para bebés, pero te diré que aun así, no te lo recomiendo. Sé que hay cremas en el mercado que informan de un posible uso desde el nacimiento, pero debemos tener en cuenta diversos factores. El uso que hiciésemos de la crema debería ser absolutamente perfecto, de cantidad, de no dejarnos ningún rincón (que ya sabemos que es lo que siempre se quema) de reponerla en el momento exacto… y aun así habría bastante riesgo de que el bebé recibiera los efectos adversos del sol. Por no hablar de que estaríamos poniendo es su piel, un producto con más o menos químicos, en una piel muy muy inmadura.

La arena y los recién nacidos

Vamos a ponernos en situación y a pensar un poco el objetivo de llevar un bebé recién nacido a la playa. Si es porque a vosotros os apetece, podéis ir en las horas de menos calor, pero el bebé habrá que mantenerlo en brazos o en carrito, ya que llenarse de arena no hará más que este incómodo o se haga rozaduras en los pliegues.

Una vez que los bebés crecen y el ir a la playa le puede suponer un montón de estímulos para sus sentidos y de interacción con el agua y la arena, disfrutaremos mucho más tanto ellos como nosotros, tomando ciertas precauciones.

La piscina y los recién nacidos

En la piscina, al menos, nos libramos de que la arena se meta por todos los rincones del carrito, o por la ropita del bebé. Pero aun así, es recomendable no acudir en horas de más calor. Bañar al recién nacido en una piscina pública o comunitaria, tampoco es recomendable por el riesgo de infecciones con un sistema inmune menos desarrollado como el suyo. En una piscina privada, tendríamos menos riesgo de infecciones, pero el agua de la piscina, no deja de llevar químicos, como el cloro, que puede irritar una piel tan sensible e inmadura.

Así que como ves, puedes hacer cosas en verano con un bebé recién nacido, pero con precauciones, y valorando el riesgo beneficio. Al final, aunque a veces os apetezca mucho algo, ahora tenemos que velar por su bienestar y sus necesidades, os quedan muchos años de disfrutar.

Lactancia y verano

Los bebés son puro instinto, no hay más que ver, como son capaces de engancharse al pecho nada más nacer y pueden conseguir alimentarse. Este instinto de supervivencia también les hace pedir más cuando tienen sed, por eso, aunque un bebé recién nacido demanda pecho muy a menudo, esto aún se puede hacer más evidente (y cansado) los días muy calurosos, pero el bebé necesita mantenerse hidratado, y para conseguirlo tiene que pedir más.

Durante una misma toma de lactancia materna la leche va variando su composición, al inicio de la toma la leche tiene más porcentaje en agua y al final de la toma, más porcentaje de grasa. Esto hace que, si el bebé tiene sed, lo que haga sea realizar tomas más cortas, pero pedir con más frecuencia, para saciar su sed. En los bebés alimentados con biberón también se puede ver, este aumento de la demanda, aunque tomen menos cantidad en más veces.

Esta información es importante, ya que la madre podría pensar que no tiene leche, al ver que su bebé demanda tantas veces el pecho.

¡Pero también tiene cosas buenas ser mamá en verano!

Claro que sí, el verano ofrece también oportunidades, que, teniendo los consejos anteriores presentes, podemos disfrutar.

Las cálidas temperaturas te permiten tener que llevar al bebé con menos capas, y eso, cuando hablamos de tener que vestir y desvestir a un recién nacido, ¡se agradece! Además, aunque haya días de mucho calor, seguro que podéis encontrar a primera o última hora del día ratitos en los que el calor os dé tregua, para poder dar un paseo con el bebé. Además, cuando la familia y amigos quieran conocer al bebé, tenéis la oportunidad de quedar fuera de casa, y al aire libre, lo que disminuye el riesgo de infecciones respiratorias, y os permite iros a casa tranquilamente cuando vosotros y el bebé lo necesitéis, sin necesidad de tener que echar a las visitas, que se quieren pegar toda la tarde en vuestra casa, ¿no te parece ideal?

Espero, que después de toda esta información, te sientas más preparada para recibir a tu bebé en verano, y lo más importante, para disfrutar de él.

Marta Espartosa

Enfermera pediátrica

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