Cuando nuestros peques se acercan a los dos años, los padres nos vamos preguntando cuándo llegará el momento de decir adiós al pañal. La mayoría de niños, hasta cerca o pasados los 3 años, no estarán realmente preparados para dejarlo, esto te lo expliqué en una entrada anterior.

¿Qué hacemos ante la negativa de usar el pañal?

A veces, estos peques son sorprenden y son ellos los que en algún momento dicen: no quiero el pañal, y se niegan a ponérselo. Si esto pasa, con un interés previo en el uso de orinal o WC, y hemos visto que existe cierto control, pues nos podemos animar a probar, si así lo quiere. Al final, estamos para acompañarle en el proceso, y tampoco nos debe suponer un problema, echar marcha atrás, si vemos o él mismo se da cuenta de que no era el momento oportuno.

¿Y si no lo quiere, pero sabemos qué aún no controla?

Lo primero que os diría sería CALMA, y a raíz de ahí, valorar opciones y posibilidades para poder negociar con el/la peque.

En la medida de lo posible, lo ideal sería que, si en algún momento se niega a ponerse el pañal, podamos dejarlo sin él. Por ejemplo:

  • Si tenemos la opción en este momento, de estar en casa, el mayor problema será que tengamos que limpiar un escape o lavar la ropa.

  • Si en ese momento tenemos que salir de casa, siempre podemos llevar ropa de recambio y algún pañal por si decide que lo quiere.

  • Si tenemos que coger el vehículo, transporte público… o es la hora de ir a dormir, ahí sí que puede suponer algo más de lío. Siempre podemos negociar el llevarlo en los traslados de un lugar a otro y quitarlo luego.

Esto, como ves, son simplemente ideas, para poder, aceptar su decisión de no llevar pañal. A lo mejor, te está sorprendiendo que no haya empezado hablando de cómo hacer que si se ponga el pañal, cuando no controla bien.

¿Por qué lo ideal es no obligarle a ponerse el pañal, cuando lo rechaza?

Pues porque, aunque sean chiquitines, también tenemos que tener en cuenta sus decisiones y tener un voto de confianza en ellos (siempre que no suponga una locura o un riesgo para la salud del peque, entenderme).

Si tenemos ese tiempo, y nos podemos permitir, que todo nuestro problema sea limpiar de más, estaría bien aceptar su decisión. De esta manera, se siente escuchado y valorado, si todo va bien, y consigue controlar esfínteres, será un buen logro y puede hacerle sentirse bien y seguro de sí mismo. Si algo va mal, es probable que, aunque no le reprochemos el escape, no sea con lo que mejor se sienta, pero puede aprender de la situación, o ponerse el pañal de nuevo.

Y ese tiempo sin pañal, ¿tengo que hacer algún entrenamiento?

Pues la verdad es que no, no suele resultar muy útil sentar a los niños cada cierto tiempo al orinal, aunque no lo pidan, o recordarles cada 5 minutos que pueden ir a hacer pis. Lo que sí que podemos hacer, es dejar a su alcance el orinal o adaptador del WC de manera que puedan ser autónomos para ir, y predicar con el ejemplo, que nos vean usarlo a nosotros o a sus iguales, es una de las mejores maneras de incentivarlos.

Al final, una vez más, nos toca, confiar en ellos, adaptarnos lo que podamos a sus necesidades y tirar de sentido común. Y vosotros, ¿cómo lleváis el tema pañal?

Marta Espartosa

Enfermera pediátrica

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