Si no cuidamos nuestra salud mental, estamos perdidas. Afortunadamente, en los últimos años estamos observando como el tema de la salud mental cobra importancia en nuestra sociedad, e incluso se difunden noticias al respecto en los medios de comunicación, algo que, sin duda, son buenas noticias. Durante décadas se ha dado mucha importancia a la salud corporal, a la alimentación y al deporte, dejando de lado y casi como un tema tabú la salud mental.

Con esta visión de la salud mental y dado que vivimos en la era de la información, conseguimos que deje de ser un tema tabú poco a poco y todos seamos más conscientes de la importancia de cuidar y mantener nuestra salud mental, como pilar fundamental de una salud integral.

La salud mental materna y su visión en nuestra sociedad

Este tema cobra especial importancia si lo juntamos a la maternidad, ya que la sociedad, en general, ha dado poca importancia a la maternidad y todo lo que la rodea. Siendo más importante que la mujer, tras dar a luz, fuese de nuevo productiva a los ojos de la sociedad, que en el desempeño del rol materno y con una pérdida cultural importante en muchos aspectos de la maternidad y la crianza.

En los últimos años, con la información que nos llega a través de internet y la ventana que nos abren las redes sociales a madres reales, se hace más eco de las dificultades que esta etapa conlleva, dejando de lado la idealización de la maternidad que la ha envuelto tiempo atrás, aunque sin duda aún nos queda mucho trabajo por hacer.

Conseguir que la realidad y las dificultades sean más visibles, ayuda a otras mujeres a normalizar y no sentirse poco capaces o peores madres que otras. Además, esto genera lazo de unión entre las madres para luchar por sus derechos, como hemos visto en los últimos años. No sólo se trata de normalizar algunos aspectos, si no de luchar porque estas dificultades puedan ser las menos.

Además, si normalizamos que es normal y que no, somos más conscientes de cuando necesitamos ayuda, y estamos más predispuestas a pedirla y no a seguir sufriendo en silencio.

La salud mental materna y el embarazo

La atención a la salud mental de la madre, debe empezar desde el embarazo. La OMS advierte, el 25% de las embarazas experimenta algún tipo de malestar significativo y que una de cada 5 madres primerizas va a experimentar algún tipo de trastorno del estado de ánimo o de ansiedad durante el embarazo y el postparto.

Y es que no es sólo el nacimiento del hijo, lo que cambia la vida a la mujer, desde que una mujer ve el test de embarazo positivo, su vida ya cambia, un nuevo sentimiento de responsabilidad, y los cambios que se irán sucediendo en el cuerpo durante los siguientes 9 meses, para los que nadie te ha preparado.

Una buena salud mental materna es imprescindible para el correcto desarrollo y crecimiento de los hijos, ya que el estrés, la ansiedad y una salud mental materna afectada, puede causar impacto en el desarrollo físico, cognitivo y emocional en el feto, que puede perdurar en el tiempo tras el nacimiento.

Por ello debería ser una prioridad la atención a la salud mental de la mujer durante el embarazo, pudiendo ser una opción más que se de a la mujer dentro la atención en la mujer embarazada, en el sistema sanitario, así como lo son las visitas a la matrona o al ginecólogo/a. De esta forma, si todas las mujeres tuviesen atención en este ámbito se podría dar ayuda y prevenir ciertas patologías mentales en esta etapa de la vida.

Salud mental en el postparto

El postparto, un momento crítico, sin duda. La revolución hormonal que supone, un cuerpo en un momento de cambio muy importante y en proceso de recuperación y un bebé que supone una demanda casi continua para la madre, hace que este momento sea de especial vulnerabilidad para la mujer.

Sabemos, que la violencia obstétrica o un parto traumático, se añaden como un factor de riesgo y afectan en especial a esta etapa, en la que la mujer tiene todavía que asimilar los momentos y circunstancias vividas durante el proceso de parto. En cambio, un buen acompañamiento, un parto respetado y alejado de técnicas propias de la violencia obstétrica, son de ayuda para que la mujer salga empoderada en este momento, y pueda mantener una mejor salud mental en el postparto.

La ayuda y la compañía tras el parto, también son vitales. Es un momento en el que muchas mujeres se sienten solas e incomprendidas, a pesar de estar acompañadas. Tener una red de apoyo, que nos recuerde que también es importante que nos cuidemos nosotras y que hagan por darnos ese espacio, es imprescindible.

El 70-80% de las madres recién estrenadas presenta sentimientos de soledad, de tristeza o cambios de humor tras el nacimiento de su bebé. Esto suele comenzar aproximadamente a los 4 o 5 días postparto y van disminuyendo hasta los 14 días aproximadamente tras el nacimiento del bebé, y se conoce con el nombre de “baby blues”. No es una depresión postparto, se cree que es una respuesta a los cambios hormonales que acontecen en esta etapa.

Si tras 15 días después de nacer tu bebé, o en cualquier momento a partir de aquí, te sientes profundamente triste, y sientes que no estás bien, no dudes en pedir ayuda profesional.

La salud mental materna en el cuidado y crianza de los hijos

Aunque el embarazo y el postparto inmediato son momentos de gran vulnerabilidad, no quiere decir que a partir de ahí todo vaya a estar bien y no haya dificultades. El cuidado y la crianza de los hijos, puede ser muy demandante y exigente, por lo que no se debe descuidar la salud mental de la madre.

Existen varios aspectos, que influyen directamente en esta salud mental y que las madres debemos tener en cuenta, para poder equilibrar la balanza y mantener nuestra salud.

La famosa culpa

Cada mujer y cada maternidad es diferente, pero seamos como seamos, hay un elemento común que nos acompaña a todas, que es la culpa. Ese sentimiento de no llegar a todo como quisiéramos, de no ser suficientemente buenas, de que si invertimos tiempo en cuidarnos, nos culpamos porque estamos desatendiendo a nuestros hijos, de poder haber evitado esa caída, de poder ser “mejores madres”… y así con mil cosas más. La culpa es algo a trabajar por nuestra parte, si la sentimos, podemos aceptarla, y sin duda reflexionar a cerca de porque está ahí en ese momento, y validarnos a nosotras mismas.

El déficit de autocuidado, asignatura pendiente

Antes de ser madres, todo nuestro tiempo, era nuestro. Esto es algo que parece muy obvio y muy sencillo, pero muchas veces la maternidad trae consigo la parte contraria, no tenemos ningún tiempo para nosotras mismas. Y es que trabajar, recoger la casa o hacer la comida, no es tiempo para nosotras, si no trabajo del hogar por y para la unidad familiar.

Mantener la identidad personal, como mujer, como amiga, como pareja, es un indispensable para la salud mental. Es cierto que con niños pequeñitos es muy complicado a veces, pero incluso pequeños gestos como una buena ducha, un ratito para cuidarnos, o un poco de ejercicio pueden ayudarnos, hasta que podamos sacar más tiempo. Pero sin duda, debemos aprender a priorizarnos en algunos momentos.

Para poner esto en práctica, sin duda necesitamos una corresponsabilidad por parte de la pareja si la hay, o ayuda de una red que nos apoye en la crianza y cuidado de nuestros hijos.

La presión externa, nuestra sociedad mira de espalda a los niños

Lo que la sociedad nos marca es un “llegar a todo”, estar por y para todos, el ser “buena madre”. Como ves, se relaciona directamente con los dos anteriores.

No me cabe duda, de que todas estas creencias, que están tan marcadas en nuestra sociedad y de que todavía hoy resuenan en nuestras cabezas, aumentado nuestra autoexigencia y nuestro sentimiento de culpa si no estamos a la altura. Muchas de nosotras aún nos hemos criado con abuelas o madres, amas de casa, a las que ahora entendemos más que nunca, y que conseguían tener todo a punto y preparado, como si por arte de magia se tratase y en la gran mayoría de casos, sin ayuda por parte de las parejas, que ya trabajan bastante fuera de casa. No podemos medirnos con la misma vara, ni debemos pretender hacerlo.

Además, la tendencia de la crianza en la sociedad, va hacia la presencia, el respeto y la disciplina positiva con los hijos, algo muy reñido a las prisas de nuestros días y a las exigencias laborales.

Sin duda, la sociedad actual manda este mensaje a las mujeres: “trabaja como si no tuvieras hijos, y cría a tus hijos como si no trabajases”

Sin duda, este mensaje resuene en tu cabeza, si te has sentido identificada con estas palabras, vuelve a leerlas, créetelas de verdad y empieza a liberarte de las ataduras que nos han marcado durante generaciones y nos seguimos marcando nosotras mismas. Y si no lo consigues por ti misma, no te preocupes, es normal, pero busca ayuda para hacerlo, porque sin duda, te va a ayudar a sentirte mejor contigo misma y a disfrutar más de la maternidad.

Marta Espartosa

Enfermera pediátrica

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